1. Introducción
La teoría de la evolución de
Darwin, con sus ampliaciones posteriores a lo largo de los siglos XIX y XX,
supuso una revolución en la forma de entender el fenómeno de la vida, no solo
desde un punto de vista biológico, sino también una verdadera revolución
filosófica comparable a la que produjo Copérnico a través de la Física. Así,
Ruiz y Ayala nos dicen que “Darwin debe
ser visto como un gran intelectual revolucionario que inauguró una nueva era en
la historia cultural de la humanidad, una era que fue la segunda etapa y final
de la revolución copernicana, que había empezado en los siglos XVI y XVII bajo
el impulso de científicos tales como Copérnico, Galileo y Newton […] marcándo los principios de la ciencia moderna”[1].
Antes de nada,
veremos cuales son las características principales de esta teoría darwiniana,
en su moderna acepción presentada por Dawkins en su libro El gen egoísta[2] donde
se presenta la evolución desde el punto de vista del beneficio del gen. Nos
daremos cuenta que esta teoría darwiniana puede ser abstraida a una forma
algorítmica, facilitando su implementación física en diferentes formatos, donde
uno de ellos es el gen, pero no el único. Esto tiene profundas implicaciones
filosóficas en las que profundizaremos. Nos centraremos entonces en el meme, la
unidad de selección o replicante cultural, y su joven ciencia, la memética.
Aclararemos aquí algunas ideas sobre lo que es y no es un meme, y trataremos
las principales críticas que tanto filósofos como biólogos evolutivos, lingüistas,
neurólogos y muchos otros pensadores de disciplinas que tienen que ver con el
ámbito de la sociobiología o la biología evolutiva tienen que aportar. Se
discutirán estas críticas y se darán perspectivas desde el punto de vista de la
memética que ayudarán a esclarecer estas críticas, muchas veces en realidad
pseudo-críticas, o bien basadas en programas metafísicos (religiosos, en su
mayor parte) lejos de formar parte del debate filosófico moderno. Una vez
tratadas las críticas dedicaremos una sección a argumentar que puede aportar la
teoría memética a la comprensión de diversos campos del saber con respecto a
las teorías “ortodoxas” provenientes de la teoría genética, como pueden ser las
relaciones interpersonales y la sociología, el libre albedrío y la moral o el
lenguaje. Por último, reflexionaremos sobre los efectos que los memes tienen
sobre los genes cuando, y lo extrapolaremos al posible caso de la aparición de
un tercer replicante y los efectos que este podría tener sobre la humanidad.
Este trabajo
se centrará en defender, mediante argumentación filosófica, la teoría memética.
Es por tanto un trabajo parcial, en el que tomo una postura definida a favor de
una teoría que presenta muchos puntos débiles y que es, por tanto, fácilmente
atacable. Achaco esta debilidad, como se verá en las secciones apropiadas, a la
juventud de la teoría, que aunque ya ha tenido su Darwin (este no sería otro
que Dawkins) y su Huxley (Blackmore, siendo esta la rottweiler de Dawkins[3])
necesita desarrollar todo su potencial y encontrar a sus Watson y Crick. Sin
embargo, hago una apuesta argumentada por ella por su valor
teórico-explicativo, por un lado, gracias a la abstracción y belleza del
darwinismo universal, y por otro, a su valor empírico, dado el amplio rango de
fenómenos que quedan cubiertos de mejor forma bajo el amparo de esta teoría que
en teorías alternativas.
2 De Darwin al gen egoísta
En 1859 Charles Darwin publicó
su revolucionario libro El origen de las
especies donde relataba sus experiencias y teorías sobre la abundante
variación de vida en la Tierra. Darwin observó que si se tienen criaturas que varían, y eso no se podía negar, porque
había estado en las Islas Galápagos midiendo el tamañp de los picos y el tamaño
de las conchas de las tortugas, etc; si
existe la lucha por la vida, tal que casi todas las criaturas mueren, y
esto tampoco se puede negar porque había leído a Malthus y calculado el tiempo
que le tomaría a los elefantes cubrir todo el planeta si se reprodujeran sin
restricción, etc. ; y si los pocos que
sobreviven pasan a su descendencia aquello que haya sido lo que les ayudó a
sobrevivir, y esto tampoco se puede negar porque había estudiado las
semejanzan intergeneracionales y como se transmitían muchas características
fenotípicas de padres a hijos, etc.; entonces
esa descendencia debe estar mejor adaptada a las circunstancias en las que todo
esto ocurrió de la que lo están sus progenitores[4].
Esta observación de Darwin supone la idea central de la teoría de la evolución
y todavía sigue vigente en nuestros días. Sin embargo, a Darwin le faltaban
muchos datos para completar el puzle de la evolución. El principal dato del que
Darwin no disponía era el saber cual era la unidad de selección de la que
estaba hablando.
No fue hasta los años 30 que se
consolidaron la genética y la selección natural[5],
hasta la década de los 40 cuando otras áreas de la ciencia se incorporaron a
esta teoría conformándo lo que hoy se conoce como síntesis moderna, que luego
evolucionó hacia la teoría neo-Darwinista. En los años 50, con el
descubrimiento de la doble hélice por parte de Watson y Crick, el mecanismo por
el cual las características genéticas se traspasaban de una generación a otra
quedaba finalmente desvelado (aunque todavía habría, y hay, mucho que indagar
sobre el significado de estos genes[6]
y sobre su relación con el fenotipo).
En 1976, Richard Dawkins publica
un libro donde, por un lado, resume todo el conocimiento darwinista hasta la
época, y por otro, lo abstrae y le añade una interpretación particular. Para ello
introduce el concepto del replicante. Un replicante es cualquier de la cual se
pueden hacer copias. Los replicantes activos son los que tienen una naturaleza
que afectan su probabilidad de hacer múltiples copias. Dawkins distingue entre
los replicantes y los vehículos. Estos vehículos son entidades que interactúan
con el entorno, y que transportan replicantes protegiéndolos. El replicante
original fue presumiblemente una molécula simple con capacidad de autocopia en
la sopa primaveral, pero nuestro replicante más famoso es la cadena de ADN. Sus
vehículos son organismos y grupos de organismos que interactúan entre ellos y
con el ambiente. Dawkins enfoca la atención de la evolución en el replicante, e
identifica este con el gen que se encuentra dentro de cadenas de ADN. Toda la
vida que vemos en la Tierra (y en cualquier otro sitio donde haya) no es más
que vehículos diseñados para
proteger, transportar y facilitar la copia de los genes. Donde quiera que
surja, la vida evoluciona a partir del diferencial de supervivencia de
entidades replicantes[7].
Desde un punto de vista
filosófico, la teoría de la evolución de Darwin es en realidad al menos dos
teorías. La primera de ellas es una teoría que explica la variedad y evolución
de la vida que observamos en el planeta Tierra. Esta teoría por si sola ya es
bastante impresionante, pero implícita en ella se esconde otra teoría más
profunda, una teoría sobre la organización de información en el universo, sobre
el azar, la complejidad, la entropía, el tránsito de estructuras simples a
complejas y la explicación del diseño sin exhortar argumentos divinos. Por todo
ello, no es extraño que el filósofo Daniel Dennett la ha calificado como “la
mejor idea que cualquier persona haya tenido jamás”[8].
Supone una extraña inversión del
razonamiento, ya que nos dice que para crear una máquina con una perfección
y complejidad enormes no es necesario en ningún momento tener un creador, una
consciencia de proyecto o un diseño teórico previo, sino que es suficiente con
pequeños cambios graduales validados por el ambiente mediante ciertas reglas.
Veamos más profundamente esta segunda teoría que llamaremos Darwinismo
Universal en el siguiente capítulo.
3. Darwinismo universal:
el replicante[9]
Empecemos este capítulo sobre el darwinismo universal profundizando en el
concepto de replicante. El replicante tiene una definición demasiado vaga,
siendo esta la de una entidad de la cual se pueden hacer copias[10]. Los
replicantes pueden ser clasificados de dos maneras según a la característica
que atendamos. Así, si atendemos a su capacidad de influir en la copia, tenemos
replicantes pasivos y activos. En los primeros, su contenido
no afecta de ninguna manera su probabilidad de ser copiados. Por el contrario,
en los segundos, su contenido (su mensaje) afecta la probabilidad de ser
copiados. Atendiendo a su capacidad de producir copias, podemos encontrarnos replicantes finitos y replicantes con copias como gérmenes[11].
Los segundos son los que tienen el potencial de poder iniciar una larga estirpe
de descendientes. No se les garantiza evidentemente una descendencia infinita,
pero existe el potencial de la misma. Si un replicante es pasivo, la
realización de una línea descendente infinita es por azar, sin embargo, siendo
activo, contribuye activamente a la realización de esta línea descendente. Un
replicante con éxito presenta estas tres características[12]:
- Longevidad: un replicante no
dura eternamente, pero debe de durar lo suficiente para al menos ser
copiado una vez. Mientras más tiempo exista el replicante, mayor es la
probabilidad de que sea copiado y mayor es el tiempo que tiene para hacer
más copias.
- Fecundidad: un replicante
necesita hacer un cierto número de copias para poder mantenerse como
replicante, ya que con una tasa baja de copias es probable que desaparezca
tras algunas generaciones. Mientras más copias pueda hacer un replicante,
mayores posibilidades tendrá de replicar más rápido que otros replicantes
con los que compite.
- Fidelidad: un replicante
necesita tener cierto nivel de fidelidad en la copia. Mientras más fieles
sean las copias, más éxito tendrá el replicante. Sin embargo, son
precisamente los errores en las copias los que hacen posible la evolución.
Existen compromisos entre estos
tres atributos para un replicante de éxito. Así, a menudo un replicante tiene
que “elegir” entre una mayor fecundidad y una mayor longevidad. Más copias
juegan a favor del replicante, pero una alta longevidad significa más tiempo
para hacer copias adicionales. El replicante debe encontrar equilibrios
estables mediante estos tres atributos, de lo contrario se extinguirá. El
replicante puede aliarse con otros replicantes para aumentar el valor de alguno
de sus atributos. Estos conjuntos de replicantes (que Dawkins llama gen en el
caso de la teoría darwiniana) pueden construir vehículos que también aumenten
el valor de alguno de sus atributos. Son las características fenotípicas de
estos vehículos interactuantes con el ambiente los que son evaluados desde el
punto de vista de la selección natural. La selección natural usa los fenotipos
como una manera de medir la selección de los mejores replicantes, que son los
que se benefician realmente de las adaptaciones. De ahí el término egoísta dedicado al gen en el título de
su libro, ya que son precisamente estos conjuntos de replicantes los que
manejan el destino de la evolución. El término egoísta debe ser debidamente
aclarado. No significa que los genes sean en sentido estricto egoístas, sino que
los genes actúan exclusivamente movidos por su interés, es decir, su principal
objetivo es poder ser pasados a la siguiente generación. Por supuesto, los
genes no quieren o tienen voluntad o
intenciones de la misma forma que las personas las tienen, solo son
instrucciones químicas que pueden ser copiadas. Así que cuando decimos quieren o que son egoístas en realidad estamos usando un atajo para decir que los
genes con tal o cual característica tienen una probabilidad más alta de pasar
exitosamente a la siguiente generación.
Volvamos ahora a ver las
características principales del libro de Darwin El origen de las especies
vistas en el capítulo anterior. Darwin nos decía básicamente que si se tienen
criaturas que varían, si existe lucha por la vida y si los que sobreviven pasan
a su descendencia aquello que haya sido lo que les ayudó a sobrevivir, entonces
esa descendencia debe estar mejor adaptada a las circunstancias en las que todo
esto ocurrió de lo que lo están sus progenitores. Darwin no conocía el concepto
de algoritmo, pero sin duda fue esto lo que describió.
SI existen criaturas
que varían (y) -- variación
SI existe lucha por su
vida/existencia (y) -- selección
SI los que sobreviven
pasan a su descendencia aquello que les ayudó a sobrevivir -- herencia
ENTONCES
La descendencia debe estar mejor adaptada a las
circunstancias en las que todo esto ocurrió de lo que lo están sus progenitores
-- evolución
Hay varias cosas reseñables en
este algoritmo. Lo primero a reseñar es la idea de que es un algoritmo, es
decir, una serie de instrucciones y condiciones que, si se cumplen, necesariamente se va a dar la
consecuencia. Solo se necesita que se den las características de variación,
selección y herencia para que se de la evolución. Es por ello que la evolución
se ha definido como diseño a partir del caos sin ayuda de la mente. Es una forma
de realizar estructuras complejas con un método sencillo, sin diseñador, plan,
visión o cualquier otra cosa. Este caracter necesario de la evolución es fundamental y representa un avance
enorme con respecto a otras teorías filosóficas sobre la complejidad y el
diseño (como por ejemplo, el argumento del diseño de San Agustin).
Lo segundo reseñable en este
algoritmo es su universalidad. En
ningún momento se ha dicho que a lo que nos estemos refiriendo sea a seres
vivos terrestres. Darwin sin duda sí se refería a ellos, pero el algoritmo es
igualmente válido si tratamos por ejemplo con seres vivos extraterrestres. Por
muy raros que estos nos parezcan a nosotros, estos habrán surgido como
consecuencia de procesos evolutivos generados mediante variación, selección y
herencia. Incluso podemos ir más alla y
decir que estas criaturas de las que hablamos no tienen que ser nisiquiera
seres vivos. Cualquier entidad que cumpla las características de variación,
selección y herencia ejecutará el algoritmo evolutivo. Este algoritmo evolutivo
es por tanto una abstracción físico-matemática (ley) del universo, que se
refiere a como la información se puede autoorganizar en estructuras complejas a
partir de estructuras simples sin necesidad de un creador. Este algoritmo universal,
conocido como darwinismo universal,
puede posteriormente ser instanciado por diferentes tipos de entidades. En el
caso del darwinismo tradicional, esta criatura instanciadora pertenece a la
categoría de ser vivo.
Lo tercero reseñable es la
relación con el replicante. Efectivamente, como hemos visto en el punto
anterior, necesitamos de una criatura instanciadora del algoritmo universal, y
sabemos que en el caso de la teoría de la evolución de Darwin esta criatura
tiene que ser algo relacionado con el ser vivo. Darwin sin embargo murió sin
saber cual era esa unidad mínima de información del ser vivo que presentaba las
características de variación, selección y herencia. No fue hasta mucho más
tarde que se identificó esta criatura con el gen. Pero lo que en realidad se
necesita como instanciador del algoritmo
del darwinismo universal es un replicante,
es más debe de ser un replicante activo y con la característica de
copia-como-gérmenes, con un equilibrio entre fecundidad, longevidad y fidelidad
de la copia. El equilibrio entre estas características y su interacción
(directa o indirecta) con los mecanismos de selección del ambiente son los que
hacen que en el replicante se aseguren las características de variación,
selección y herencia. En el caso del darwinismo, el replicante es el gen.
4. El meme egoísta[13]
El término
meme fue introducido por Richard Dawkins en su famoso libro El gen egoísta.
Meme es la unidad menor de información sociocultural relativa a un proceso de
selección que tiene un sesgo selectivo favorable o desfavorable que excede su
tendencia al cambio endógena[14].
Dawkins, influenciado por el darwinismo universal y de su propia teoría de
replicantes, se preguntaba si conocíamos de la existencia de otros replicantes
en el universo. Para que algo pueda ser un replicante debe instanciar el
algoritmo evolutivo visto en el capítulo anterior, cumpliendo las tres
características de variación, selección y herencia. Para ello a su vez debe de
poseer las características de longevidad, fecundidad y fidelidad de la copia
con un cierto equilibrio entre ellas.
Los memes
presentan variación (las historias,
por ejemplo, rara vez se cuentan de la misma forma dos veces, no hay dos
edificios que sean absolutamente idénticos, y cada conversación es única), y
cuando los memes se pasan de una persona a otra, la copia no es del todo
perfecta. Encontramos también la selección
memética: algunos memes son fielmente recordados y pasados a otras personas,
mientras que otros hierran en ser copiados en absoluto. Además, cuando los
memes son copiados de una persona a otra existe una retención o herencia de algunas de las
características principales de ese meme. Para ello, los memes deben presentar
las características de longevidad
(algunos memes como por ejemplo nuestro lenguaje materno nos acompañan durante
casi toda nuestra vida), fecundidad (hay
memes de los que se hacen miles o millones de copias, especialmente desde que
existen los medios de comunicación en masa, por ejemplo, existen logotipos o
marcas empresariales que son conocidas por la mayoría de los habitantes de este
planeta, como Cocacola[15]),
y por último fidelidad de la copia
(donde podemos ver memes que varían esencialmente poco en mucho tiempo, por
ejemplo ciertas palabras del idioma español no han variado en los últimos 800
años). Por tanto, dado que los memes son candidatos óptimos para ser
replicantes, estos instancian el algoritmo evolutivo del darwinismo universal,
es decir, son capaces de producir evolución.
Para la
memética, el meme se comporta del mismo modo egoísta que lo hace el gen, es
decir, los memes que tienen más exito son los que son capaces de propagarse más
rápido a más gente en el menor espacio de tiempo, y los que permanecen más
tiempo en las cabezas de esa gente. Del mismo modo que el gen era el replicante
y el ser vivo el vehículo de ese replicante, en este caso el meme es el
replicante y el vehículo de ese replicante es el cerebro humano. El meme
compite por espacio cerebral en el cerebro de cada uno de nosotros, y para ello
puede aliarse con otros memes para formar grupos de memes cuyo propósito es la
más rápida difusión de ellos mismos y la mayor longevidad y fecundidad de ellos
mismos.
Si el
mecanismo de difusión del gen es la reproducción celular, el mecanismo de
difusión del meme es la imitación. Cuando imitamos, algo se pasa de uno a otro.
Este algo que se pasa una y otra vez de persona a persona toma una vida propia. Precisamente lo que nos
hace diferentes a los humanos es la capacidad de imitar. Esta capacidad de
imitar no es una burda capacidad de copiar, que otros animales presentan, sino
una verdadera lectura de la intencionalidad del otro. Así, aprendemos a
diferenciar, de todo lo que hace la otra persona, lo que es relevante para la
intencionalidad que persigue. Si la otra persona por ejemplo está haciendo una
figura de papel, descartaremos el hecho de que se rasque una oreja o se coloque
los zapatos como parte relevante del proceso. También ajustaremos veces que
haya doblado el papel y el mismo no haya quedado cuadrado justo en el medio,
como pensamos que sería su intención. Es decir, cuando imitamos, no copiamos
gestos, sino que copiamos instrucciones. Podríamos decir que al hacer esto
estamos copiando información digital (en contraposición a información
analógica) de la misma forma que se hace en los genes. La información digital,
por su propia naturaleza, presenta un sistema autocorrector de errores mucho
mayor que la analógica. Es por esto que la fidelidad de la copia alcanza tasas
deseables en la imitación.
Sin embargo,
no todos los pensamientos que tenemos son memes. Nuestros sentimientos y
pensamientos inmediatos no son memes porque son exclusivamente nuestros, nunca
vamos a poder pasarlos a otra persona.
4.1
Genética versus memética
Un punto que
debe quedar claro es la analogía usa entre genes y memes. Hemos estado desde el
principio viendo como los genes y los memes son replicantes, como pueden
funcionar en ciertas ocasiones de la misma manera y como algunos conceptos de
la genética pueden ser aplicables a la memética. La genética es una ciencia
bastante desarrollada, con una brillante historia de descubrimientos y
esfuerzos tras ella, y por tanto con una cantidad de conceptos, información y
leyes ingente. Sería tonto no poder aprovechar todo lo aprovechable y tener que
volver a reinventar la rueda con muchos conceptos meméticos. Sin embargo, esto
tiene un límite. Realmente, lo único que comparten estos dos replicantes son
que son instancias del algoritmo evolutivo, es decir, que presentan las
características de variación, selección y herencia. Más allá de esto, habrá que
ver en cada caso si la analogía se da o no. Por tanto, la evolución orgánica y
la evolución cultural se asemejan bastante y lo hacen porque son sistemas
evolutivos donde hay variación ciega en las unidades replicantes y herencia
selectiva de algunas variedades en detrimento de otras. La analogía con las
acumulaciones culturales no proviene de la evolución orgánica per se, sino más
bien de un modelo general de cambio evolutivo del cual la evolución organica es
una instancia[16].
Diversos
modelos, sin embargo, han tratado de unificar y presentar con el mayor punto de
analogía posible la relación entre la memética y la genética. Un ejemplo de
ello lo podemos ver aquí[17]:
Entidad o proceso
|
Biológico
|
Memético
|
Ciencia
|
Lenguaje
|
Economía
|
Vehículo
|
Fenotipo
|
Femotipo (Feme)
|
Experimento u
observación
|
Comportamiento
lingüístico
|
Compañía o
transacción
|
Replicante
|
Gen
|
Meme
|
Teoría o
hipótesis
|
Elemento del
lenguaje
|
Cuenta, recurso
|
Carácter
|
Fene
|
Feme
|
Método,
resultado
|
Práctica lingüística
|
Práctica de
negocios
|
Linaje
|
Especie, filo
|
Tradición,
institución
|
Programa de
investigación
|
Dialecto
|
Negocio,
industria
|
Economía
|
Sistema
ecológico
|
Cultura
|
Comunidad
disciplinar
|
Comunidad
lingüística
|
Sector de
mercado
|
Reproducción
|
Reproducción de
organismos
|
Constitución de un nuevo perfil
|
Formación
|
Adquisición del
lenguaje
|
Establecimiento de una nueva empresa
|
Individuo
|
Organismo,
colonia
|
Individuo
memético
|
Científico
|
Hablante
|
Agente económico
|
Substrato
|
Moléculas
orgánicas
|
Redes neuronales
|
|||
Código
|
Alfabeto del ADN
|
Semántico
|
Semántico y
matemático
|
Gramática y
vocabulario
|
Moneda
|
Medio de
codificado
|
Aminoácidos,
proteínas
|
Estructuras
neuronales, prácticas
|
Estructuras neuronales, libros, instituciones, asociaciones
|
Estructuras neuronales, material escrito, grabado, etc
|
Estructuras neuronales, ordenadores, libros, recibos, ficheros
bancarios, etc.
|
4.2
Crítica a la memética
La memética es una ciencia joven
y todavía con muchas lagunas. En parte por esto, y en parte porque es una
ciencia incómoda (en el mismo sentido que era incómoda la teoría de la
evolución de Darwin). Es incómoda porque choca con la intuición, porque
convierte nuestros cerebros en poco más que en receptáculos de memes (del mismo
modo que la genética convierte nuestros cuerpos en receptáculos de genes),
porque va contra ideas preestablecidas sobre la moral, el libre albedrío, el
desarrollo del lenguaje y un largo etcétera de explicaciones tradicionales
sobre la evolución cultural del ser humano. Presentaremos tres críticas comunes
al concepto de meme[18][19],
críticas que la memética admite.
4.2.1 No
podemos especificar la unidad del meme
Es decir, no sabemos reducir e
identificar el meme con una sola cosa, como podemos hacer con el gen. ¿Es un
meme las primeras palabras del Quijote, o lo es el libro entero? Estoy
inclinado a decir que las dos son memes. Sin embargo, el hecho de que no
podamos encontrar (o que no lo hayamos hecho todavía, en el caso de que exista)
la unidad memética, no significa que este meme no pueda cumplir las condiciones
de variación, selección y herencia que debe cumplir[20].
4.2.2 No
sabemos el mecanismo para copiar y almacenar memes
No, no lo tenemos[21].
El hecho de que hoy en día sepamos tanto sobre como funciona el ADN nos puede
llevar a pensar que necesitamos el mismo nivel de comprensión para la memética,
inmediatamente. No olvidemos el camino recorrido por la genética. En 1859
Darwin escribió su libro El origen de las especies. No fue hasta 1930 que la
genética y la selección natural se fusionaron, y hasta los 40 que otras áreas
científicas se unieron a su vez para dar lugar a lo que se conoce como síntesis
moderna. Y no fue hasta la década de los 50 que la estructura del ADN fue
descubierta. En el primer siglo de darwinismo, se avanzó muchísimo sin tener
todavía la más mínima idea del control de la síntesis de proteínas o de que
hacía el ADN. La memética se ha desarrollado como ciencia al final del siglo
XX, por tanto le queda mucho camino por recorrer. Sin embargo, podemos decir
que está en una mejor posición de la que estaba la genética en su época,
principalmente gracias precisamente a la genética y al darwinismo. Darwin tuvo
que enfrentarse, como ya hemos visto, a un doble problema. Tenía que explicar
dos teorías, la teoría de la evolución en los seres vivos, y también el
mecanismo por el cual se creaba complejidad sin diseñador. Actualmente solo
tenemos que explicar una, porque la otra ya fue explicada y es lo que se conoce
hoy en dia como darwinismo universal. Además, en la memética podemos
aprovecharnos de todos los avances de la biología, la genética, la informática
y la neurología con respecto a la comprensión del cerebro. Un gran candidato al
almacenaje de memes es sin duda alguna parte de dentro del cerebro. Estudios sobre
redes neuronales tanto en el campo de la informática como de la neurología nos
muestran que los memes podrían ser consecuencia de estas mismas redes, donde se
asignan pesos distintos a las conexiones sinápticas entre neuronas según estas
se disparen al mismo tiempo o no. Esto va tejiendo un mapa de disparos que
configura nuestro cerebro y hace que reproduzca y clasifique en cierto sentido el
mundo exterior[22].
Como nos dice Blackmore, “una tarea importantísima de la ciencia memética será
la de integrar la psicología de la memoria con un entendimiento de la selección
memética”[23].
Con respecto al mecanismo de
transmisión de memes, hemos visto que se hace mediante imitación. Sin embargo,
estamos lejos de entender cómo funciona exactamente ese mecanismo de imitación
en los cerebros. Pero sabemos que las acciones que son fácilmente imitables
harán que se propaguen memes exitósamente y las que son difícilmente imitables
no lo harán. Además, la transmisión efectiva de memes depende de manera crítica
de preferencias humanas, como emociones, deseos o atenciones. Dicho de otra
forma, de la psicología evolutiva. También por razones genéticas, nos atrae la
atención el sexo, la comida, evitar el peligro y otra serie de cosas. La
psicología evolutiva y la genética evolutiva ya nos ofrecen muchas
explicaciones sobre las razones por las cuales algunos memes tienen más exito y
otros menos.
Es cierto que no sabemos donde
se almacenan y cómo se transmiten los memes, pero sin duda sí sabemos dónde
empezar a buscar.
4.2.3 La
evolución memética es Lamarckiana
Diversos autores critican la
evolución memética como Lamarckiana, es decir, donde caracteres adquiridos a lo
largo de su vida por el individuo pasan a su descendencia o bien
horizontalmente a sus congéneres. Argumentan que una visión Lamarckiana de la
evolución no tiene cabida, y que la evolución tiene que ser siempre darwiniana,
esto es, horizontal. Sin embargo, hay dos potentes razones en contra de esta
conclusión[24].
La primera es que la visión lamarckiana no está en contra del algoritmo
evolutivo del que parte el darwinismo universal. Incluso con trazas de
lamarckismo se puede asegurar la variación, selección y herencia de los
replicantes. La segunda, quizás más importante, es que esta crítica denota un
profundo desconocimiento de la teoría de la evolución, reduciéndola al
funcionamiento macroevolutivo de grandes animales o plantas con reproducción
sexuada. Sin embargo, hay muchísimos ejemplos de seres con transvase de
información horizontal y características lamarckistas, como por ejemplo los
virus, las bacterias, y muchas células que funcionan en nuestro interior. Evidentemente
los memes no son como genomas de elefantes, pero esa crítica no se sostiene;
tampoco el funcionamiento y transmisión de la información en las bacterias lo
es y no por ello decimos que no es darwinista.
5. Casos prácticos: del gen al meme
Existen casos
prácticos tradicionalmente estudiados desde el punto de vista de la genética o
sus derivados (sociología evolutiva, psicología evolutiva, etc) donde el
estudio desde el punto de vista del meme
nos ofrece ventajas comparativas y un mayor entendimiento del asunto.
Presentaremos tres casos, el primero tiene que ver con la religión, el segundo
con la evolución humana (incluyendo el lenguaje o el desarrollo cerebral) y por
último temas que tienen que ver con la consciencia, la creatividad, el libre
albedrío y la moral[25].
5.1 Religión
e información viral
La memética es conocida en la
cultura popular por su tratamiento de la información viral. Como Dawkins
originalmente expresó, las cadenas de cartas, los esquemas piramidales y los
emails víricos son ejemplos de información que es replicada por su propio
beneficio y no por el beneficio de los que hacen la copia. La estructura de
todos estos virus es la misma: presentan una instrucción de auto-copia respaldada
con amenazas y promesas. Esta es precisamente la estructura de las grandes
religiones. El cristianismo y el islam, por ejemplo, presentan mecanismos
efectivos para asegurar poder infectar a nuevas personas. Muchas religiones
tienen mecanismos para asegurar que sus ideas centrales se perpetúen juntas en
un paquete, y que ese paquete sea irrompible. Amenazas y promesas se usan para
asegurar respeto al mensaje (el cielo, el infierno) o para evitar que la gente
se desentienda del mensaje (pena de muerte para apóstatas en el islam, por
ejemplo).
Si se usa la memética para el
análisis de sistemas de creencias, esta sería capaz de hacer predicciones basadas
en tratar a las religiones o sectas como sistemas parásitos que evolucionan en
portadores humanos. Por ejemplo, sería capaz de predecir que trucos meméticos
las religiones necesitan usar para sobrevivir en diferentes circunstancias,
tales como la diferencia entre la transmision vertical (del judaísmo y el
catolicismo) y la transmisión horizontal (de los cultos evangélicos). El poder
del celibato podría ser visto como una manera de asegurar que el sacerdote
emplee su tiempo propagando sus memes en lugar de sus genes. Otro ejemplo de
propagador de memes en detrimento de los genes sería el de la figura del mártir,
muchos de ellos muertos sin descendencia.
5.2
Evolución humana
La memética propone una forma
completamente diferente de pensar en la evolución humana con respecto a otras
teorías. La diferencia fundamental es que la cultura se considera no como una
adaptación beneficiosa de los primeros homínidos y de sus genes, sino como un
replicante parasitario de segundo nivel que apareció cuando nuestros ancestros
fueron capaces de imitar. Desde entonces los dos replicantes evolucionaron
juntos, tanto que los memes reestructuraron los cuerpos y cerebros humanos para
que estos se convirtieran en máquinas mejores en la tarea de propagar los
mismos memes que habían copiado. En esta visión, el punto de inflexión de la
evolución humana no es el comienzo de uso de herramientas, o del lenguaje, o
del simbolismo, sino el comienzo de una imitación con suficiente fidelidad para
no perder los memes adquiridos. La inteligencia y el lenguaje son meras
consecuencias de esta transición en vez de sus causas. Asumiendo que la característica
de imitación requiera un mayor espacio en el cerebro, con el tiempo los humanos
con más capacidad de imitación serían los exitosos para este nuevo replicante,
favoreciendo así la expansión de cerebro que se produjo en nuestros ancestros.
Sin embargo, la diferencia con
respecto a otras teorías es que en la visión memética, la dirección tomada por
la evolución de los memes afecta a su vez a la evolución biológica. Así, los
memes son replicantes que evolucionan para su propio beneficio pero que también
hacen que los genes evolucionen a su vez. Un ejemplo común usado para describir
la co-evolución de la genética y la cultura es el efecto del consumo de leche
con respecto a la intolerancia a la lactosa.
Una cosa parecida podríamos
decir del lenguaje, así como de la evolución de la música, los comportamientos
religiosos y muchos otros aspectos de la naturaleza humana. Durante los últimos
dos o tres millones de años, los memes han evolucionado compitiendo entre
ellos, y los vencedores han marcado la dirección de la evolución biológica para
crear cerebros que no solo eran más grandes sino tambien mejor adaptados a
copiar los memes. En el caso del lenguaje, se empezó a copiar sonidos, y luego
con el incremento cerebrarl la calidad de la copia fue mejor, y la variedad de
sonidos pudo concretizarse en palabras, y de ellas, junto con una evolución
biológica paralela, se pudo pasar a gramáticas y estructuras más complejas. Lo
mismo puede ser dicho de la música, el arte o la religión.
5.3 Moral, libre albedrío y consciencia
Una crítica común hacia la
memética es que compromete la autonomía humana y el poder creativo de la
consciencia para crear moral y libre albedrío, y trata al ser humano como un
repositorio de memes sin voluntad. Estas ideas vienen directamente respaldadas
por la idea principal del darwinismo universal, en la cual se basa la memética,
es decir, la idea de que todo diseño en el universo se crea a partir del
algoritmo evolutivo y es movido exclusivamente por el replicante. Esto
significa que la creatividad humana emerge de la capacidad humana de almacenar,
variar y seleccionar memes, en vez de por alguna especial chispa creativa o por
el poder de la consciencia. El ser humano puede ser en si mismo una
construcción o derivación de la competición memética, cuya razón de ser sea la
de proteger y propagar memes, incluyendo todos los memes que definen la esencia de una persona. En esta visión la
persona no es una entidad que existe con libre albedrío y consciencia, sino que
todo eso es una ilusión persistente. Esta visión memética de los seres humnos
como una creación de la evolución de dos replicantes (el gen y el meme) puede
ser desgarradora y descorazonada, pero tiene la ventaja de unir creatividad
biológica y humana en una, y proveer nuevas maneras de entender la naturaleza
humana, la consciencia y la moral.
6. Futuros (presentes) posibles: el tercer replicante
Vimos en el capítulo anterior la interesante idea de que el diseño de
gran parte de nuestra esencia biológica que podemos identificar con lo que
significa ser humano, como por
ejemplo la capacidad de imitación, el lenguaje, el uso de herramientas, el
arte, la música o la religión (y podemos añadir más, como la ciencia o las
matemáticas), tiene que ver con los cambios inducidos por el meme en la genética
para beneficio del primero. La razón de que nuestro cerebro parezca diseñado para
albergar de manera biológica estos instintos culturales (como el de la música o
el lenguaje) es precisamente porque lo está, y ese diseño lo ha hecho el efecto
que la evolución memética tiene sobre la genética.
El cerebro humano fue la primera
máquina de memes pero ahora otras, mucho más efectiva, han sido creadas. Los
pequeños pasos iniciales hacia un incremento de la longevidad, la fecundidad y
la fidelidad de los memes incluyó la invención de la escritura, la pintura, las
carreteras, los teléfonos y los faxes. Todos estos desarrollos pueden ser
vistos como memes co-evolucionando con su maquinaria de copia. Ahora el paso
hacia un tercer replicante puede ser dado. Podemos verlo de este modo: los
replicantes de primer nivel (genes) construyeron vehículos que los protegían y
los propagaban. Uno de esos vehículos fue capaz de imitar y eso hizo posible el
desarrollo del segundo nivel de replicante (memes). Asñí, el vehículo del nivel
anterior se convirtió en la maquinaria de copia del segundo nivel. Un paso
similar puede darse en la forma en la que los sistemas informáticos han
empezado como vehículos para almacenar y manipular memes, y rápidamente están
convirtiéndose en máquinas capaces de llevar a cabo copia, variación y
selección de la información. Esto posibilitaría la introducción de un tercer
replicante, el teme[26],
que, como ya hizo el meme con su predecesor, podría afectar tanto el desarrollo
del replicante segundo (el meme) como del primero (el gen). Dado que es un
tercer replicante por derecho, y por tanto evoluciona de manera independiente a
los otros dos, no podemos esperar, de la misma forma que no pasó con los genes, que
los temes se muestren complacientes a los deseos de viejas máquinas de memes
(humanos)
7. Bibliografía
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Blackmore, S.
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from the perspective of the history and philosophy of evolutionary biology.
Journal of Memetics, vol. 2. Recuperado de http://cfpm.org/jom-emit/1998/vol2/wilkins_js.html
[3] Thomas Henry Huxley, un convencido defensor
de la teoría de la evolución de Darwin, y amigo personal de este, es conocido
como el rottweiler de Darwin por la vehemente exposición de la teoría de la que
hacía gala en debates públicos cada vez que tenía ocasión.
[4] Podemos encontrar este singular resumen del
libro de Darwin en la conferencia TED (Blackmore, 2008)
[6] Un gran paso que esclarece la
función del mal llamado hasta ahora ADN basura ha aparecido gracias a las
recentísimas publicaciones de más de 30 artículos científicos en las más
prestigiosas revistas del mundo del proyecto internacional ENCODE. Más información
sobre el proyecto y el alcance de los resultados en http://www.genome.gov/10005107
[11](Dawkins 1999) p. 83, de los
originales en inglés dead-end replicators y germ-like replicators. La
traducción es mía.
[13] (Blackmore 1999) pp. 4-9 y 13-24 para una
explicación más detallada sobre el meme como replicante.
[15] http://www.interbrand.com/en/best-global-brands/best-global-brands-2008/best-global-brands-2010.aspx para un ranking de
reconocimiento de marcas en el año 2010.
[22] (Churchland 2006)
[25] (Blackmore 1999) pp. 67-203 y
(Blackmore 2010) para más información sobre estos temas